Gissel Taveras._ Soy madre, el último caso de la violación y asesinato de una niña de ocho años, en San Cristóbal, a manos de un desalmado, drogadicta y desecho de la sociedad, me dejó con un dolor en el pecho. Sobre todo por que son casos que se pueden y se deben evitar.
Lamentablemente vivimos en una sociedad podrida, donde el peligro y la maldad están al asecho, y es contra adultos, ancianos y mujeres, imagínate que no le harán a un niño o niña inocente.
La niña Carolin Franyelis, fue enviada al colmado a las 5:00 pm, en la comunidad Santana Abajo, vivía con sus abuelos y después de las dos horas de la niña fuera de casa es que comienzan a extrañarla, cuando la salen a buscar, lamentablemente ya era tarde, la pequeña había caído en la desgracia de toparse con un hijo de Satanás, que con signos de consumo de una alta droga en su cara, daño físicamente y luego ahorco a la niña.
Si nos damos cuenta, es el mismo modo operandi, y el mismo patrón de anteriores casos de niñas violadas, los envían al colmado y se olvidan de ellos, no es culpando a nadie, ya que el verdadero monstruo ni con su vida pagará por el horrendo crimen, sino que esto debe servir de lección para todos, de que no podemos seguir confiándoles nuestros hijos a desechos de la sociedad.
El mundo es peligroso, usted no sabe quién está al asecho, esperando dañar su angelito, que solo le duele a usted, cuidemos de nuestros hijos, no lo mandemos al colmado, ellos no tienen esa responsabilidad, usted si tiene el deber de cuidar a sus hijos, nadie lo hará por usted.
Este desaprensivo lo más que le darán son 30 años de cárcel, mientras el dolor de la perdida seguirá siempre en los corazones de los familiares de la víctima.
