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Claudine Gay primera mujer negra en ser presidenta de Harvard; y la que ocupó el cargo por menos tiempos

Fue la primera mujer negra en presidir una de las mayores instituciones educativas del mundo. Pero sus 6 meses en el cargo no estuvieron exentos de polémica.

La presidenta de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, anunció este martes su renuncia tras semanas de controversia en las que fue acusada de comentarios antisemitas y de plagio.

Su mandato -de julio hasta ahora- pasará a la historia como el más corto en los 388 años de vida de la Universidad de Harvard, que forma parte de lo que se conoce como la Ivy League, las 8 universidades más exclusivas de Estados Unidos.

Estas instituciones -que incluyen a Brown, Princeton o Yale- tienen un costo promedio de matrícula de US$55.000 al año y admiten más o menos a 1 de cada 20 solicitantes.

Las críticas al liderazgo de Gay comenzaron en diciembre después de su participación en un panel del Comité de Educación de la Cámara de Representantes de EE.UU., sobre el aumento del antisemitismo en los campus universitarios.

Sus respuestas sobre cómo abordar los llamados al genocidio del pueblo judío fueron consideradas por muchos como tibias y burocráticas, como la del resto de los panelistas.

De hecho, la comparecencia también le costó el puesto a la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill, después de que un donante retirara US$100 millones en protesta por sus comentarios.

Pocas semanas antes, una coalición de más de 30 grupos estudiantiles publicó una controvertida carta abierta sobre el ataque del 7 de octubre de Hamás contra Israel.

En ella se leía que Israel era “enteramente responsable” de la violencia desatada por Hamás que causó la muerte de 1.200 personas, la mayoría de ellas civiles.

Código de conducta

Claudine Gay y los otros presidentes de universidades que comparecieron ante el Congreso fueron ampliamente criticados por su negativa a responder explícitamente si “pedir el genocidio de los judíos” violaba los códigos de conducta de sus centrros educativos.

En concreto, Gay respondió que dependería del contexto si tales comentarios constituían una violación del código de conducta de Harvard en materia de intimidación y acoso.

Después de ese episodio, la presión para que dimitiera fue en aumento. Decenas de políticos y algunos exalumnos de alto perfil pidieron su relevo, pero el organismo rector de Harvard respaldó su presidenta.

Sin embargo, la batalla no había terminado. Enseguida llegaron las acusaciones de plagio.

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