A través de los años las cárceles de medio mundo se han encontrado con el dilema de que no tienen celdas para el alto número de presos con el que cuentan, pero este no es el caso de Holanda y Países Bajos, que al parecer han encontrado la fórmula para erradicar la criminalidad, tanto es así que sus cárceles desde el 2014, han estado vacías. Pero, ¿Cuáles son sus métodos?.
En gran parte de los países democráticos, la idea de las cárceles es conseguir reinsertar al reo, que se aleje de la violencia y reconduzca su vida una vez esté de nuevo en la calle. Sin embargo, no siempre es efectivo: La falta de personal y el exceso de prisioneros provoca que, en muchas ocasiones, se olvide esta idea con el objetivo de que pasen los años de condena.
Sin embargo en los Países Bajos decidieron dar una vuelta a esta idea. Su objetivo era solo conseguir la reinserción del preso, así que muchos se dieron cuenta que entrar en la cárcel no era positivo, a pesar de la gravedad del delito que hubiera cometido.
En Países Bajos hicieron entender que entrar en la cárcel significaba la perdida todo vínculo con su familia, se quedaba sin trabajo e, incluso, perdía su casa, el dinero era incautado. Cuando saliera, su reinserción era prácticamente imposible.
Otro método que les llevó al éxito fue evidentemente, tratar el problema desde la raíz, esto significa que los presos eran tratados de manera alternativa: Escuchar y ayudar. Las autoridades descubrieron que buena parte de los presos de sus cárceles sufrían algún tipo de trastorno: Adicciones, problemas psicológicos, carencia de afecto, problemas económicos.
Así, se trabaja específicamente en su reinserción pero, si el paciente se niega a cooperar, se le traslada a un hospital de alta seguridad donde es tratado.
Esta iniciativa permite al preso no estar en prisión sino más bien en tratamiento, evitando que se aleje de la realidad, con lo que el porcentaje de reinserción es realmente alto. Pero, a su vez, eso genera otra situación: las cárceles se han quedado sin presos.
Desde 2014, los Países Bajos han cerrado un total de 23 cárceles, reconvertidas en muchos casos en viviendas y en hoteles. No en vano, tiene la tercera tasa más baja de encarcelamiento de Europa.
Según el Ministerio de Justica de ese país, actualmente las cárceles son usadas para albergue en caso de un fenómeno natural, y otras han sido alquiladas a otros países como centros penitenciarios para Bélgica y Noruega.
Holanda
Los criminólogos atribuyen sus cárceles vacías, a la reducción de la criminalidad durante las dos décadas pasadas y su enfoque se centra en la rehabilitación y no en el encarcelamiento.
René van Swaaningen, profesor de Criminología en la Erasmus School of Law en Rotterdam, señala que el enfoque relativamente liberal al consumo de drogas «suaves» y la prostitución redujo los crímenes en un 25%. El Gobierno Holandes cerró 19 de casi 60 prisiones y se espera que la cantidad aumente pronto.
